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Candidtos a presidente de EEUU: Hillary Clinton, John McCain y Barack Hussein Obama. |
La campaña presidencial estadounidense concentra la atención de todo el
mundo. El hecho de que los tres últimos candidatos incluyan a una mujer, un
negro y un hombre de edad avanzada que frecuentemente ha desafiado a su propio
partido indica que Estados Unidos, tras una pérdida de popularidad durante los
años de la administración Bush, conserva la capacidad de reinventarse a sí
mismo. Pero el próximo presidente tendrá que reconocer que la naturaleza del
liderazgo también está cambiando.
Por Joseph Nye (*) - Clarín
La
revolución de la información está transformando la política y las
organizaciones. Las jerarquías se están haciendo más planas y los trabajadores
del conocimiento responden a incentivos y propuestas políticas diferentes.
Las encuestas muestran que hoy en
día la gente es menos deferente con la autoridad en las organizaciones y en la
política.
El poder blando -la capacidad de obtener lo que se quiere mediante el
convencimiento y no la coerción o el pago- está aumentando en importancia.
Incluso los militares se enfrentan a estos cambios.
El Pentágono informa que los
instructores del Ejército estadounidense "dan menos gritos" porque la generación
actual responde mejor a quienes desempeñan "un papel más parecido al de un
consejero". El éxito militar contra los terroristas y los insurgentes exige que
los soldados convenzan.
Los teóricos del liderazgo hablan de "liderazgo compartido" y de "liderazgo
distribuido" y presentan imágenes de líderes en el centro de un círculo y no en
la cima de una jerarquía.
El gran teórico del liderazgo,
James McGregor Burns, afirmó alguna vez que quienes recurren exclusivamente a la
coerción no son líderes sino simples aplicadores del poder.
El poder duro no se ha vuelto irrelevante, pero los líderes deben desarrollar la
inteligencia contextual que les permita combinar recursos de poder duro y de
poder blando para construir una estrategia de "poder inteligente".
Quienquiera que sea el próximo
presidente tendrá que aprender esa lección.
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Politicólogo, Universidad de Harvard