El fiscal general de EE.UU., Michael Mukasey, cree que Washington tiene jurisdicción para procesar a los terroristas
que atentaron la semana pasada en Bombay, en los que fallecieron cerca de 200
personas, entre ellos seis estadounidenses.
IAR
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EFE
En una rueda de prensa, la primera desde que se
desmayó a finales de noviembre durante una intervención pública, el secretario
de Justicia explicó que aún carece de los detalles suficientes para decir si
EE.UU. presentará cargos contra los terroristas.
Mukasey hizo estas declaraciones en el mismo día en que la secretaria de
Estado de EE.UU.,
Condoleezza Rice, llegó a India para reiterar a las autoridades de ese país
el pleno apoyo de EE.UU. en las investigaciones de los atentados.
Además de Rice también se ha desplazado a la zona el jefe de Estado Mayor de
EE.UU., el almirante Michael Mullen, y un equipo del FBI que "está analizando
cualquier prueba que pueda obtener", explicó el fiscal general del Estado.
Mukasey afirmó, asimismo, que los atentados evidencian la importancia de que
los países dispongan de la mejor información de inteligencia posible sobre los
lugares de futuros atentados y que aumenten la seguridad en función de esas
advertencias.
El secretario de Justicia no cree que EE.UU. se encuentre más vulnerable ante
posibles atentados terroristas durante el periodo de transición, si bien en el
día de la toma de posesión del presidente electo
Barack Obama, el 20 de enero, la seguridad será redoblada.
"Los terroristas atacan cuando creen que es el momento, no según el
calendario político o la agenda de eventos", argumentó Mukasey, quien agregó que
EE.UU. tiene todas las técnicas de inteligencia que necesita para mantener a
salvo a los ciudadanos.
El fiscal general saliente dijo que aún no se ha reunido con su sucesor, Eric
Holder, que fue designado el lunes por el presidente electo como nuevo
responsable del Departamento de Justicia.
Uno de los desafíos del próximo fiscal general será cerrar Guantánamo, un
objetivo que Obama ha anunciado en varias ocasiones.
Al respecto, Mukasey opinó que ninguno de los detenidos debería ser dejado en
libertad en territorio estadounidense.