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(IAR Noticias) 28-Agosto-08
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George W. Bush encargó al vicepresidente Dick Cheney que asista al Foro Ambrosetti intitulado: Inteligencia del mundo, Europa e Italia, que tendrá lugar el próximo 2 de septiembre (Foto: Ap) |
Al inicio del nuevo siglo la revista británica The Economist,
portavoz del neoliberalismo global, pronosticó que la tercera guerra mundial (TGM)
se escenificaría en el Cáucaso.
Por Alfredo Jalife-Rahme -
La Jornada, México
El régimen torturador bushiano, aliado subrepticio de la despechada pareja
Clinton, usa en forma diabólica la tensión en el Cáucaso con dos propósitos
aviesos: ocultar la disolución de la globalización financiera anglosajona y
alentar la candidatura del panameño John McCain, lo cual fue delatado en la
selección de Joe Biden, veterano experto en relaciones internacionales del
Senado, como compañero de fórmula de Obama, quien, pese a su pléyade de expertos
en estrategia (¡más de 300!), exhibe una conspicua vulnerabilidad en política
exterior que le puede costar la presidencia, sin contar la alta probabilidad de
un clásico atentado de corte bushiano. ¿Le dará el contencioso montado de
Georgia la presidencia a McCain?
Son momentos muy delicados para el género humano que enfrenta la ominosa
perspectiva de una TGM, necesariamente nuclear, entre EU y Rusia por el control
del Cáucaso: pilar geopolítico que colinda con el superestratégico mar Negro y
el mar Caspio, tercera reserva de hidrocarburos del planeta.
Es imprescindible releer la clásica Historia de la guerra del Peloponeso,
del griego Tucídides, del siglo 5 adC, que describe los orígenes de la guerra
entre Esparta y Atenas, no pocas veces fútiles, insensatos y hasta accidentales:
guerra de humanos sin interferencia de los dioses debido a motivaciones como
“honor, miedo e interés”, que no han variado mucho hasta la fecha.
Todos los ingredientes “humanos” están dados para una conflagración en el
Cáucaso (ver Bajo la Lupa: 10, 13, 17 y 20/08/08), donde la “mecha se ha
prendido”, a juicio de De Defensa, centro de pensamiento militar europeo, a la
que nunca habíamos notado tan preocupada (22/08/08). El ex presidente de
Polonia, Lech Walesa criticó que “Occidente había seducido” al presidente
georgiano Saakashvili “para librar la guerra” en Osetia del Sur (Underground
Serbian Cafe, 23/08/08). Más aún: los servicios secretos franceses DRI señalan
que los militares estadounidenses habían participado en los bombardeos de Georgia
a la capital de Osetia del Sur (prácticamente aniquilada).
En la delicada escalada que han librado a los dos lados del mar Negro el
régimen torturador bushiano y Rusia, nada menos que el super halcón, el
vicepresidente Dick Cheney, para calentar más los motores, emprende una gira
provocativa en la “periferia inmediata” de Rusia a principios de septiembre a
Azerbaiján, Georgia y Ucrania, para cerrar con broche de oro en Italia, para
asistir al Foro Ambrosetti (Chron.com; 25/08/08).
Cheney ya había amenazado que la réplica de Rusia a la invasión de Osetia del
Sur por Georgia no quedaría sin respuesta. En efecto, el régimen torturador
bushiano ha levantado la puja mediante reacciones que han llevado a Rusia y a EU
al borde de una nueva guerra fría, sino de los prolegómenos de una TGM.
Lo más difícil de digerir para los estrategas rusos será la funesta instalación
del sistema misilístico de defensa (BMD) en Polonia, que augura una nueva
“crisis de los misiles de 1962” en Cuba, a lo que Rusia ha reaccionado mediante
una respuesta “asimétrica”: la colocación de un sistema de defensa misilístico
aéreo con Belarus y Kaliningrado (enclave ruso entre Polonia y Lituania).
Stratfor, centro de pensamiento texano-israelí, considera que el despliegue
de barcos de guerra de EU y la OTAN en el mar Negro (que hace honor a su
nombre), bajo el pretexto de “ayuda humanitaria” a Georgia, revive la guerra
fría. Luego de calificar como “escalada” las reacciones de Rusia –inminente
ruptura de relaciones con la OTAN, desistimiento de su candidatura a la OMC por
la que ha implorado durante una década (absurdamente bloqueada por Georgia) y el
voto unánime no vinculatorio de la Duma y el Consejo Federal reconociendo la
independencia de Osetia del Sur y Abjazia– pone en relieve los primeros estragos
energéticos que afectan a “Occidente” cuando Azerbaiján ha desviado el
transporte de 200 mil barriles de crudo a Irán, en detrimento del oleoducto BTC.
A Azerbaiján no le importó contrarrestar la asfixia financiera a Irán.
Para no variar, Irán saca provecho de los errores de “Occidente” que parece
haber perdido la batalla del Cáucaso, pero no la del mar Negro, donde, según
Stratfor, puede ocasionarle un daño estratégico severo a la defensa naval de
Rusia: “el mar Negro es absolutamente crítico a la defensa de Rusia”, donde la
OTAN “posee activos navales que pueden frenarla. Nueve barcos de guerra de EU,
Polonia, España (¡súper sic!), Turquía, Bulgaria y Rumania se han encaminado
hacia el mar Negro en nombre de la ayuda humanitaria a Georgia. Rusia acusa a
Occidente de construir un grupo de choque de la OTAN para amenazar la presencia
de Rusia en el Cáucaso”.
A juicio de Stratfor (26/08/08), Rusia “simplemente no puede permitir una
presencia de la OTAN en el mar Negro sin responder”, ya que representa un
“amortiguador importante” a su línea de seguridad, a las planicies de Ucrania y
al puente territorial que se extiende entre los mares Negro y Caspio”.
Tal sería la zona más vulnerable de la frontera rusa, cuando el “mar Negro y
más allá del mar Egeo, conforman esencialmente un lago de la OTAN”. Turquía
controla el estrecho de los Dardanelos y Stratfor apuesta a que la presencia
naval combinada de Turquía y EU pueden “fácilmente (¡súper sic!) aplastar a la
flota rusa en el mar Negro”, que, además, amenazaría la logística y el
abastecimiento a las tropas rusas en Georgia.
La respuesta rusa ha sido inmediata al desplegar su crucero lanzamisiles
Moskva que fue recibido triunfalmente en el puerto de Sebastopol (en la
península de Crimea, de mayoría rusa, y que forma parte de Ucrania, para
encender más los ánimos balcanizadores y vulcanizadores). Stratfor concluye que
EU y Rusia se han enfrascado en una toma y daca estereotípica de guerra fría.
Se encuentra en juego el aniquilamiento de Rusia o las exequias de la
globalización financiera anglosajona, cuando EU y Gran Bretaña han percibido que
el único obstáculo al control financiero del mundo por Wall Street y la City lo
representan las bombas termonucleares de Rusia.
Ahora es el óptimo momento de proseguir la balcanización de Rusia, su cerco
militar y hasta la TGM, con el fin de que perviva la globalización financiera.
La batalla de Rusia es de supervivencia, mientras la de EU y Gran Bretaña es por
la hegemonía global.
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