Irak quiere imponer un
límite temporal a la presencia militar de Estados Unidos en su país y se niega a
que se establezca un mandato norteamericano sobre su territorio, según el
viceprimer ministro iraquí, Barham Saleh.
Saleh, político kurdo con un papel fundamental en la negociación con EEUU,
explicó que Irak quiere asegurar a sus vecinos que un pacto con los
norteamericanos no tendrá repercusiones sobre ellos, en declaraciones
publicadas hoy por el diario árabe internacional "Al Hayat".
"Primero tenemos que reconocer que todavía necesitamos el apoyo
estadounidense e internacional para proteger nuestro país del exterior y
para levantar las instituciones nacionales, así como para erradicar el
terrorismo", aseguró Saleh.
"Sin embargo, la presencia continuada de tropas extranjeras en nuestro
territorio es un asunto que preocupa, especialmente por la soberanía nacional",
agregó.
Saleh respondía de esta forma a las críticas que ha recibido el Gobierno de Irak
después de que se filtrasen informaciones de que EEUU pretende construir
entre 50 y 60 bases permanentes sobre suelo iraquí, así como conseguir la
inmunidad para sus soldados.
"Frente a esas críticas, tenemos que establecer objetivos comunes, como un
límite temporal para la presencia de las tropas estadounidenses o su
subordinación a la soberanía nacional", dijo el viceprimer ministro.
Saleh añadió que los países vecinos de Irak (Turquía, Irán, Arabia Saudí,
Kuwait, Siria y Jordania) deben entender que ningún acuerdo de seguridad se
dirigirá contra ellos.
"Queremos que el apoyo de EEUU sea parte de la estrategia para mantener la
estabilidad regional, más que un signo de desestabilización", sentenció.
El mandato concedido por el Consejo de Seguridad de la ONU sobre Irak expira el
próximo 31 de diciembre y EEUU se encuentra inmerso en plano proceso de
renegociación sobre su presencia militar en este país árabe a partir de
entonces.