(IAR Noticias) 03-Abril-08
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Miembro de la milicia chií rebelde
toma posición en Bagdad (Foto EFE) |
Irán promueve el acuerdo de alto el fuego entre las fuerzas confesionales
shiíes enfrentadas.
Por Robert Dreyfuss
- The Nation/IraqSolidaridad
Nada más iniciarse la ofensiva
militar lanzada la semana pasada contra Basora por las fuerzas del ejército
iraquí entrenadas por EEUU, Bush calificó la acción del primer ministro Nuri al-Maliki
de “decisión audaz” y añadió, “yo diría que este es un momento decisivo en la
historia del Iraq libre”.
Esta frase es cierta, pero no en el sentido en que la pronunció el presidente
[estadounidense]. A medida que se desvanece el humo de los nuevos escombros de
la segunda ciudad más importante de Iraq, situada en el corazón de la zona
petrolífera, es evidente que el gran ganador de la guerra de los seis días de
Basora son las fuerzas del clérigo rebelde Muqtada as-Sáder, cuya milicia, el
Ejército del Mahdi, se enfrentó contra las fuerzas armadas iraquíes no sólo en
Basora, sino también en Bagdad, Kut, Amara, Nasiriya y Diwaniya, las capitales
de las cuatros provincias clave del sur de Iraq.
Esto sitúa a as-Sáder —un agitador
de multitudes anti-estadounidense y nacionalista que exige el fin de la
ocupación de Iraq, y quien en los últimos tiempos está cada vez está más cerca
de Irán— en una posición mucho más fuerte de la que tenía hace una semana. En
Basora él es quien manda. Un periodista iraquí del New York Times, que consiguió
entrar en Basora durante los enfrentamientos, afirma que los miles de milicianos
del Ejército del Mahdi que controlan la mayor parte de la ciudad, siguen allí:
“No hay ningún lugar que el Ejército del Mahdi no controle o no pueda atacar a
su capricho”.
El otro gran ganador del último asalto de la guerra civil de shiíes contra
shiíes es Irán. Durante los últimos cinco años, Irán ha cimentado su enorme
influencia política, económica y militar en Iraq delante de las narices de las
incrementadas hasta 170.000 tropas de ocupación estadounidenses [1]. Irán tiene
vínculos muy fuertes con la coalición shií [Alianza Unida de Iraq] que domina el
Consejo Supremo Islámico de Iraq (CSII) [2], cuya milicia —la Organización Badr—
fue armada, entrenada, financiada y dirigida por los iraníes durante dos décadas
de exilio en Irán. Desde entonces, cuidando sus inversiones, Irán construyó una
íntima relación con el Ejército del Mahdi de as-Sáder. El propio as-Sáder ha
pasado la mayor parte del tiempo, desde el inicio del incremento de tropas
estadounidense de enero [de 2007], en Irán [3].
Por lo tanto, no fue una sorpresa que Hadi al-Ameri, el comandante en jefe de la
Organización Badr y prominente miembro del CSII, viajara durante una semana a la
capital religiosa de Irán, la ciudad de Qom, para negociar la tregua con as-Sáder,
la cual terminó en un tambaleante alto el fuego en Basora [4].
Doble derrota para EEUU y al-Maliki
El hecho de que as-Sáder haya salido victorioso en Basora y de que Irán haya
logrado promover el acuerdo que ha conducido al fin de los enfrentamientos es
una doble derrota para EEUU. También es una catástrofe para al-Maliki, y ya se
especula sobre la caída de su gobierno. Una ofensiva llevada a cabo en un mal
momento, escasamente preparada y lamentablemente ejecutada es una vergonzosa
derrota para al-Mailiki.
¿Por qué fue lanzada la ofensiva? Por lo que se dice, al-Maliki, su partido ad-Dawa
y el CSII intentaron aplastar a as-Sáder en Basora por razones tanto políticas
como estratégicas [5]. Políticas porque el movimiento de as-Sáder está bien
situado para lograr una gran victoria en las elecciones provinciales, previstas
para el próximo octubre, tanto en Basora como en todo el sur de Iraq, y una
derrota electoral presagiaría el final de la hegemonía de ad-Dawa y del CSII.
Estratégicas porque Basora es el motor económico de todo Iraq. La ciudad tiene
el control de la [estatal] Compañía de Petróleo del Sur de Iraq, que extrae y
exporta la mayor parte del petróleo de Iraq: durante los últimos años Basora ha
estado bajo el control de las milicias leales a as-Sáder y de una escisión de
esta corriente, el partido Fadhila (Virtud). Mediante el control de la
denominada “Fuerza de Protección del Petróleo”, una fuerza paramilitar [6], y a
través de su propia milicia, Fadhila es un elemento importante en Basora, cuyo
gobernador , Mohamed al-Waeli, pertenece a este partido. Aunque Fadhila ha
tenido sus propios enfrentamientos con el Ejército del Mahdi, no ha gastado sus
fuerzas en los recientes enfrentamientos y no hay duda de que es asimismo un
duro enemigo para la alianza ad-Dawa-CSII. El año pasado, al-Maliki intentó
destituir a Mohamed al-Waeli, quien desafió al gobierno [de Bagdad] negándose a
renunciar al cargo [7].
Al-Maliki, calculando mal, voló la semana pasada desde Bagdad a Basora para
supervisar personalmente el asalto contra las fuerzas de as-Sáder. Con ello se
jugó su prestigio con el resultado de la ofensiva. Y de hecho, la ofensiva
fracasó y al-Makili ha perdido credibilidad. El hecho de que el alto fuego que
terminó con los combates se pergeñara en Qom, en Irán, con la mediación de
Teherán, es doblemente vergonzoso para Maliki.
No obstante, para EEUU es mucho peor: el presidente Bush apoyó firmemente a al-Maliki
desde que empezó la batalla de Basora. Según Steve Hadley, consejero
presidencial de Seguridad Nacional, la decisión de actuar en Basora se tomó de
forma conjunta por Washington y Bagdad. La fuerza aérea estadounidense e incluso
algunas unidades de tierra apoyaron a las torpes fuerzas iraquíes, cuya
debilidad e incompetencia se pusieron de manifiesto para todo el que quisiera
verlo. Tras cinco años de equipamiento y entrenamiento intensivo estadounidense,
las fuerzas iraquíes no fueron capaces ni siquiera de hacerse con el control de
la segunda ciudad más grande de Iraq.
A añadir a la profunda humillación de Bush, la tregua auspiciada por Irán fue
negociada por Qassem Suleimani, comandante en jefe de la llamada Fuerza al-Quds
del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria de Irán, quién reunió a los
representantes de as-Sáder con Hadi al-Ameri, comandante en jefe de la
Organización Badr y principal asistente de Abdel Aziz al-Hakim, máximo dirigente
del CSII. Cale recordad que la Fuerza al-Quds fue catalogada por el gobierno
estadounidense de “organización terrorista” apenas hace un año. Así que el
“momento decisivo” del que el presidente Bush hablara es este: el máximo mando
de la fuerza “terrorista” iraní ha logrado un acuerdo entre los dos partidos
shiíes más importantes de Iraq: el movimiento de As-Sáder y el CSII [8].
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Notas de IraqSolidaridad:
1. Véase del mismo autor en IraqSolidaridad: Robert Drayfuss: ¿Está Irán ganando
la guerra de Iraq?, así como Carlos Varea: Irán legitima la ocupación de Iraq y
enlaces incluidos.
2. Coalición electoral de 2005 integrada principalmente por el partido del
primer ministro al-Maliki, ad-Dawa, el CSII (entonces Consejo Supremo de la
Revolución Islámica en Iraq) y la corriente as-Sáder. Véase en IraqSolidaridad:
Carlos Varea: Aún están por asignar las carteras claves de seguridad.
3. Véase en IraqSolidaridad: Carlos Vareas: La corriente as-Sáder retorna a las
instituciones colaboracionistas para desactivar el conflicto con EEUU.
4. As-Sáder emitió un comunicado el lunes 30 de marzo llamando al alto el fuego
a sus seguidores. El texto (en inglés en: http://arablinks.blogspot.com/ )
incluye en su punto 4 la advertencia “[…] de depuración de todo aquél que porte
armas y tome como objetivo dependencias y servicios gubernamentales e
instituciones, o las oficinas de partidos políticos” y en su punto 5 expresa su
compromiso en “Cooperar con las instancias gubernamentales a fin de promover la
seguridad y procesar a quienes cometan crímenes por medio de procesos legales [qanuniya]”.
También el mismo lunes, en sintonía con el comunicado de as-Sáder, el dirigente
libanés shií y líder espiritual de Herbolá, el ayatolá Mohamed Hussein Fadallah,
emitió un edicto religioso (fatua) prohibiendo los ataques a instalaciones
públicas iraquíes, especialmente las petrolíferas (en inglés: http://lebanonnewsnetwork.com/
).
5. El principal sustento hasta el momento de al-Maliki y de su pequeño partido
ad-Dawa frente a la hegemonía del CSII ha sido la corriente de as-Sáder, que
siempre recibió del primer ministro un fuerte aval ante los estadounidenses.
6. Véase en IraqSolidaridad: Carlos Varea: 146.000 iraquíes integran ejércitos
privados sin control alguno.
7. Véase en IraqSolidaridad: Ghaith Abdul-Ahad: “Bienvenidos a Teherán”: Irán
asume el control de Basora y Pedro Rojo y Carlos Varea: Las milicias chiíes se
disputan Basora, mientras Irán bloquea la negociación con EEUU sobre Iraq.
8. La Administración Bush ya ha señala su satisfacción por el alto el fuego
alcanzado y considerado como “un paso positivo” el documento de as-Sáder: http://news.yahoo.com/
.
Robert Dreyfuss, que escribe habitualmente en The Nation, es autor del libro
Devil's Game: How the United States Helped Unleash Fundamentalist Islam. The
American Imperial Project (Juego diabólico: Cómo EEUU ayudó a desatarse al Islam
fundamentalista. El proyecto imperial estadounidense), editado por Metropolitan
en 2006.
Traducido del inglés para IraqSolidaridad por Paloma Valverde
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