¡Un Estado islámico nuclear que no experimenta escasez de extremistas,
además de todo, ensaya misiles! Estos recelos, a mi modo de ver, carecen de
fundamento. Si un país dispone de cargas nucleares, lógicamente procurará
tener en sus arsenales vectores adecuados de esta arma.
El potencial nuclear pakistaní supone determinados riesgos para la
seguridad global. Pero estos riesgos no son más graves que, digamos, los
derivados de las armas nucleares indias o israelíes, rusas o norteamericanas.
Todo depende de la forma de enfocarlos.
Las autoridades de Islamabad nunca pretendían disimular que las armas
nucleares pakistaníes estaban destinadas "exclusivamente para India", más
bien, para disuadirla de la agresión. Los altos cargos oficiales de Nueva
Delhi están perfectamente enterados de estos planes y, juzgar por todo, no
experimentan incomodidades algunas en relación con ello. Más aun, desde 2005,
ambos países desarrollan con éxito sus misiles, obviando al propio tiempo los
problemas que pudiesen dañar seriamente sus relaciones.
Por ejemplo, a comienzos de 2007, Pakistán e India volvieron a discutir los
problemas que ensombrecían sus relaciones. Y en febrero del mismo año firmaron
el Acuerdo sobre la prevención de los casos de emergencia relacionados con
arma nuclear. En primer término, el Acuerdo busca eliminar la amenaza de
confrontación nuclear, así como articular sistemas seguros de control del arma
nuclear.
De todas formas, los recientes ensayos de misiles pakistaníes volvieron a
poner en vilo al mundo. El pasado 25 de enero, Pakistán realizó el lanzamiento
de prueba del misil balístico Shaheen-1 capaz de impactar blancos a distancias
de hasta 700 kilómetros. El misil es de propelente sólido y puede ser lanzado
desde una rampa móvil emplazada en vías de ferrocarril. A juzgar por todo,
Shaheen-1 es una versión del misil chino táctico-operativo de propelente
sólido M-9. Según algunos datos, precisamente China prestó asistencia a
Pakistán en el desarrollo de los misiles Abdali y Shaheen.
Este es ya el segundo ensayo de misiles táctico-operativo en las últimas
seis semanas. El 11 de diciembre de 2007, Pakistán lanzó el misil de crucero
Babur (de propelente líquido, con base en tierra, capaz de batir objetivos a
distancia de hasta 700 kilómetros).
Ello no obstante, Pakistán cumple al pie de la letra el cronograma de
pruebas anunciado y consensuado con India, sin desviarse un ápice del
documento en lo referente tanto al tipo como al alcance de misiles. Aquí
valdría la pena mencionar un aspecto importante. En 2007, Pakistán e India
realizaron las pruebas iniciales de misiles, habiendo notificado de antemano a
la otra parte. Los dos países realizaron algunos lanzamientos de hecho
simultáneamente, como si haciendo resaltar su apego al principio de ensayos
paralelos. Esta tradición se remonta a 1998, cuando en pos de India, Pakistán
ensayó arma nuclear. Pero los ensayos paralelos no van más allá de
coincidencia cronológica. La confrontación de los parámetros de los misiles
ensayados evidentemente no está a favor de Pakistán.
Con asistencia técnica de las mayores potencias mundiales, India se
adelantó tanto en el dominio de los armamentos que puede permitirse el lujo de
extender sus intereses nacionales desde el Golfo Pérsico hasta la península de
Malaca. Las autoridades de Islamabad consideran con razón que Washington está
dispuesto a apoyar las pretensiones de India a erigirse en potencia mundial a
cambio de que contenga a China e Irán.
¿Y cómo ha de actuar Pakistán en esta situación?
A comienzos de diciembre pasado, el Gobierno pakistaní aprobó la concepción
de defensa. De acuerdo con este documento, la doctrina militar de Pakistán se
basa en el "potencial de disuasión mínima garantizada" y, en primer lugar,
busca el objetivo de defender la integridad territorial y mantener la paz en
el área (Asia del Sur)".
Evidentemente, Pakistán aprovecha al máximo sus potencialidades. Pero
mientras antes sus arsenales nucleares eran un seguro factor de disuasión,
ahora no han perdido en parte esta capacidad. Y a esto aportó su contribución
EEUU que ni siquiera pretende disimular la asistencia que presta a India en
este ámbito. De pasada sea dicho, Pakistán sigue siendo el principal aliado de
EEUU y Europa Occidental en la campaña antiterrorista que se está
desarrollando en la región.
Se impone la conclusión de que en la situación configurada, en sus
relaciones con India, Pakistán buscará apoyo también de otros países (aparte
de China y EEUU) que poseen armas modernas. Por ejemplo, podría pedir apoyo a
Rusia.