El 25 de mayo se celebró el Día de África, fecha que marca la
fundación de la Organización de la Unidad Africana (OUA), que durante 45
años se ha convertido en la voz del continente en el escenario
internacional.
Por
Yadira Cruz Valera - Prensa Latina
En medio de las celebraciones bien vale la pena reflexionar sobre la
esclavitud y la trata, fenómenos cuya abolición no implicó su
desaparición definitiva, sino trasmutó a otras formas, a veces sutiles,
de explotación legal y cuya solución es todavía hoy insoluble.
África, es el tercer continente por extensión, alberga 53 países más
los territorios del Sáhara y posee una población total cercana a los 936
millones de personas, pero a pesar de sus enormes riquezas naturales, su
historia y su leyenda es el más pobre del mundo, según cifras de la ONU.
Siglos de saqueo y conquista marcaron definitivamente a esa región,
que no sólo se convirtió en fuente de materia prima para los países
europeos, sino también en el proveedor de mano de obra esclava, lo que
perdura en la actualidad.
Con el descubrimiento de América y su posterior conquista en el siglo
XV, se inició el tráfico de vidas humanas desde el continente africano
hacia el llamado Nuevo Mundo, necesitado entonces de mano de obra tras
el exterminio de los nativos.
Este proceso provocó el estancamiento económico, político y social,
según demuestran estudios regionales.
La trata, convertida en el negocio más importante, y la introducción
de las armas de fuego avivaron las guerras tribales que llevaron al
desmoronamiento de muchos reinos, según el especialista Mauro Facundo
Funes Oviedo.
En la actualidad el comercio de seres humanos constituye la tercera
actividad ilegal más lucrativa del mundo, generando unos 12 mil millones
de dólares por año, tan solo a Estados Unidos son trasladados entre 45
mil y 50 mil mujeres y niños anualmente, de acuerdo con la fuente.
El tráfico infantil es uno de los problemas más graves que amenazan a
los niños y niñas de África, este diabólico negocio, lejos de reducirse,
crece cada año en la región, ante la debilidad de los sistemas
judiciales y a la vulnerabilidad de los padres y los menores, según
Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF).
África, es sobre todo, un continente emisor de personas traficadas
dentro del continente y a Europa Occidental, según el informe.
Nigeria es el principal país de origen de las víctimas, seguida de
Benin, Ghana y Marruecos, reporta Naciones Unidas.
Cifras ofrecidas por la ONG Save de Children confirman que unos 200
mil niños son víctimas de la trata cada año en África Occidental y al
menos el 90 por ciento son niñas.
La jornada de trabajo de estos infantes, de cualquier edad y sexo, va
de 10 a 20 horas diarias, hasta siete días a la semana, sin ningún
tiempo para descansar, jugar o estudiar, según la fuente.
Los traficantes trasladan a través de las fronteras a hombres,
mujeres y niños como si fueran bienes materiales, maltratándolos y
explotándolos sexual y económicamente.
Ese problema que en los tiempos modernos adquiere otras
características- en ocasiones sutiles pero no menos traumáticas- tiene
sus raíces en conductas sociales y culturales de los países de la
región, pero su principal causa es el empobrecimiento de esas
sociedades, heredado tras varios siglos de explotación y saqueo de sus
recursos.
El tráfico es una violación de la dignidad, la integridad de las
personas, de su libertad de movimiento e incluso de su derecho a la
vida, penado y sancionado por los estados, las leyes internacionales y
las convenciones de la ONU.
La discriminación de género, cambios sociales y las necesidades de
trabajo que alteran los patrones migratorios, son algunas de las causas
de la proliferación de este fenómeno.
Asimismo, la explotación adquiere hoy nuevas dimensiones o caras, el
trabajo doméstico, en la agricultura comercial y en las plantaciones, la
explotación sexual, el reclutamiento de los infantes para los conflictos
armados, entre otros.
La falta de una distribución desigual de recursos, bienes y
servicios, la pobreza, hambre, desempleo, analfabetismo, el poco o
ningún acceso a fuentes de recursos,las migraciones y desplazamientos en
conflictos políticos y armados, son las causas que facilitan la
proliferación de este fenómeno.
Tras siglos de conquista y colonización África es una región
devastada por las interminables guerras y el continuo saqueo de los
recursos naturales y sigue siendo para sus antiguos conquistado.